La pregunta ¿qué es más rentable, ser autónomo o sociedad? es clave para cualquier emprendedor que desee iniciar un negocio. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas, pero la elección dependerá de factores como la facturación, la responsabilidad y la fiscalidad.
Mientras que ser autónomo puede ser una opción rápida y sencilla, constituir una sociedad es más rentable a largo plazo, sobre todo en términos de fiscalidad y protección patrimonial.
Diferencias entre Autónomo y Sociedad
Cuando te preguntas qué es más rentable, ser autónomo o sociedad, es importante conocer sus principales diferencias. La figura del autónomo es más sencilla de gestionar, pero una sociedad ofrece más beneficios a largo plazo, especialmente en negocios con crecimiento sostenido.
- Responsabilidad: Un autónomo responde con su patrimonio personal, mientras que en una sociedad la responsabilidad se limita al capital aportado.
- Fiscalidad: Los autónomos tributan por el IRPF, con tipos progresivos que pueden superar el 45%, mientras que una sociedad tributa por el Impuesto sobre Sociedades a un tipo fijo del 25%.
- Imagen empresarial: Una sociedad ofrece mayor credibilidad ante clientes, bancos y proveedores, facilitando la captación de clientes y financiación.
- Opciones de crecimiento: Con una sociedad, es más fácil acceder a financiación, inversores y licitaciones públicas.
- Traspaso del negocio: Mientras que un autónomo no puede vender su negocio como tal, una sociedad puede transferirse fácilmente a terceros.
¿Cuándo es mejor ser Autónomo?
Si te preguntas cuándo es mejor ser autónomo, la respuesta depende de la facturación y la actividad que vayas a desarrollar. Para negocios pequeños o de baja facturación, esta opción puede ser la más conveniente.
- Menos trámites y costes iniciales: Darse de alta como autónomo es rápido y sencillo.
- Obligaciones fiscales más simples: No es necesario presentar tantas declaraciones contables y fiscales como en una sociedad.
- Ideal para actividades con pocos riesgos financieros: Si la actividad no conlleva grandes responsabilidades económicas, la figura del autónomo puede ser suficiente.
Sin embargo, a medida que el negocio crece, los impuestos pueden ser elevados y la responsabilidad ilimitada puede representar un problema. Si la facturación supera los 40.000-50.000 € anuales, es recomendable plantearse constituir una sociedad para optimizar los impuestos y limitar riesgos.
¿Cuándo es mejor una Sociedad?
Si la duda es cuándo es mejor una sociedad, la respuesta suele inclinarse a favor de esta opción cuando la facturación empieza a ser alta o se necesita más protección legal.
- Menor carga fiscal a partir de cierta facturación: A diferencia de los autónomos, las sociedades tributan a un tipo fijo del 25% en el Impuesto sobre Sociedades, lo que permite un mayor ahorro fiscal.
- Posibilidad de traspaso o venta de la sociedad en el futuro: Al tratarse de una entidad jurídica independiente, se puede vender o transferir a terceros fácilmente.
- Mayor protección frente a embargos o deudas personales: La responsabilidad está limitada al capital de la empresa, protegiendo el patrimonio personal de los socios.
- Acceso a subvenciones y financiación más favorable: Las sociedades tienen más opciones de acceder a créditos bancarios y ayudas gubernamentales.
- Mejor percepción ante clientes y proveedores: Una sociedad genera más confianza y solidez en el mercado.
La elección entre autónomo o sociedad dependerá del tipo de negocio y de las expectativas de crecimiento. Si el volumen de ingresos es bajo y la actividad no implica riesgos financieros, ser autónomo puede ser una opción adecuada.
Sin embargo, si se espera un crecimiento sostenido y se busca pagar menos impuestos, limitar la responsabilidad y facilitar la venta del negocio en el futuro, constituir una sociedad es la opción más rentable y segura.
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